ACERCA DE LA PEDAGOGÍA EN EL ISEP

Concebimos  la  formación docente posinicial  como un proceso que contribuye al desarrollo profesional. Las propuestas de formación del ISEP se inscriben en los lineamientos de las políticas educativas que la Dirección General de Educación  Superior -DGES- identifica como prioritarias; reconocen los desafíos curriculares de  los diferentes niveles y modalidades, consideran el quehacer cotidiano del trabajo escolar en el que las prácticas asumen un lugar protagónico y se referencian en los enfoques didácticos y disciplinares de los diferentes campos del saber. 

En este sentido, las propuestas que se desarrollan en el ISEP se vinculan con la formación inicial y el trabajo en las instituciones educativas. Desde esta perspectiva, se definen de modo singular en una trayectoria que reconoce la complejidad de los procesos de formación

Las propuestas del ISEP reconocen las preocupaciones y prioridades de las políticas educativas y curriculares de la provincia de Córdoba signadas por la cuestión de la igualdad, la inclusión y la calidad educativa. Nos enfrentamos al enorme desafío de recrear las escenas escolares construyendo formas de intervención que asuman un compromiso auténtico con los procesos de democratización y profesionalización que suponen estos postulados de la política educativa. 

Cada una de nuestras propuestas busca establecer, a su vez, una conversación entre colegas, un espacio para detenerse y suspender por un momento las urgencias de la tarea diaria (conducir, gestionar, enseñar) e instalar una distancia crítica que pueda estar atravesada por lo que este espacio de estudio pone sobre la mesa. Nos referimos a una conversación marcada por el esfuerzo de encontrar un lenguaje específico para pensar y hablar de la pedagogía y la escuela, interrogando los modos históricos que asume la tarea docente. Alentamos, de esta manera, a participar en un espacio donde se recobre el saber de la experiencia que deviene de la tarea de maestros, profesores y equipos directivos de todos los niveles y modalidades del sistema educativo en sus lugares de trabajo. Son estos saberes los que deben ser puestos en valor, interpelados y enriquecidos por los conocimientos que provienen del campo pedagógico, didáctico y de otros aportes que escapan a la definición de la pedagogía en sentido estricto. 

Se configura, además, la posibilidad de retomar y actualizar el debate acerca de los sentidos que pueden atribuirse al oficio docente en su particular relación con la cultura, las nuevas tecnologías, los desafíos epocales, los vínculos intergeneracionales, el lugar de la palabra y de la imagen, las relaciones con el saber y la autoridad y los motivos centrales de indagación en el campo pedagógico y académico de hoy, entre otros tópicos urgentes. Para ello se establece una versión de la pedagogía conformada por un flujo de recursos que apelan a producciones del cine, de la literatura, de la filosofía, de las ciencias, de las artes; todos vectores fundamentales a la hora de pensar la centralidad de la transmisión como operación fundamental de cualquier empresa educativa. 

Por otra parte, la participación de los docentes en nuestros entornos virtuales conforma una experiencia singular en la formación al involucrarse de manera directa y experiencial en una relación singular entre el conocimiento, el estudio, la enseñanza y los nuevos lenguajes y prácticas sociales y culturales que habilitan estos espacios. Buscamos problematizar, de esta manera, las relaciones reduccionistas e instrumentales que -entre las tecnologías y la escuela- circulan en algunas vertientes de la formación docente.

El Instituto Superior de Estudios Pedagógicos asume que la profundidad de los cambios planteados en la sociedad y en la cultura, y las críticas que resuenan acerca de la impotencia de la escuela para afrontarlas, pone de relieve la tarea de alta responsabilidad y compromiso público con la que debemos pensar la posición docente y el gesto de su formación.