¿Cómo aprenden los niños y las niñas una lengua? ¿Por qué el idioma inglés es el elegido para iniciar a los estudiantes en lenguas extranjeras? En esta nota, dialogamos con Franco Figueroa, coordinador del Ciclo de Ateneos Didácticos de Inglés, y con Melania Pereyra, una de las autoras del Ateneo Didáctico de Inglés / Quinta hora – Primer Ciclo de la Educación Primaria. Con ellos, reflexionamos sobre la propia práctica y ponemos en conversación la planificación de la enseñanza en vínculo con las prioridades curriculares definidas, con los enfoques y con las perspectivas que las sustentan.

La enseñanza de un segundo idioma, en especial inglés, se ha curricularizado de manera creciente en las últimas décadas por las demandas del mundo actual. Por consiguiente, las diferentes prácticas sociales de la lengua se presentan como fundamentales para desarrollar, gradual y sostenidamente, habilidades comunicativas a lo largo de toda la escolaridad.
En el nivel Primario, el espacio curricular Inglés busca democratizar las oportunidades de acceso a los conocimientos de una lengua extranjera, al entender que son claves para el desarrollo personal y profesional futuro de quienes cursan trayectos educativos, pero también porque aproximarse a una nueva lengua posibilita una reflexión en términos interculturales, algo muy valioso para la construcción de una ciudadanía respetuosa, participativa y empática.
De allí que el Ateneo Didáctico de Inglés / Quinta hora – Primer Ciclo de la Educación Primaria propone, a partir de la reflexión sobre la propia práctica, poner en conversación los desafíos de la enseñanza del inglés en vínculo con las prioridades curriculares definidas, los enfoques y las perspectivas que las sustentan.
Franco Figueroa, coordinador del Ciclo de Ateneos Didácticos de Inglés, sostuvo: “Este espacio de formación docente se configura para encontrarnos como colegas y pensar la enseñanza del espacio curricular inglés como lengua extranjera. Desarrollamos los materiales para el Primer Ciclo y para el Ateneo -estamos en proceso de escritura de uno más- con el fin de reponer cuestiones fundamentales de la enseñanza del inglés a niños, conocer cómo estaban trabajando los y las docentes, y acompañar procesos de implementación en aula de materiales pensados para la enseñanza del inglés en la Quinta hora del Primer Ciclo de la Escuela Primaria”.
Por su parte, Melania Pereyra, una de las autoras del Ateneo Didáctico de Inglés, se refirió a la importancia de la enseñanza de una lengua extranjera en el Primer Ciclo de la Educación Primaria, y recalcó que los procesos de apertura hacia otras culturas y hacia otras formas de codificar la realidad se desarrollan con más tiempo y con más naturalidad en esas edades. Destacó: “Considerando la lengua como una práctica social, el desarrollo y el aprendizaje deben ser entendidos como un proceso largo, que acompaña y se perfecciona durante todo el proceso de escolarización y más. Mientras más pequeños puedan conocer y experimentar la comunicación con esta nueva lengua, no solo enriquecemos este largo proceso, sino que también alimentamos las capacidades cognitivas y comunicativas del niño y la niña. No es el objetivo del Primer Ciclo que los niños y niñas desarrollen competencias comunicativas precisas y complejas en el lenguaje, pero sí la aproximación gradual a nuevas palabras, frases, sonidos y conceptos que forman una base para el desarrollo de habilidades comunicativas en el Segundo Ciclo, cuando se estima que es mayor el grado de alfabetización”.

Mediante el lenguaje, los niños se apropian del mundo que los rodea y, además, este les posibilita la reflexión sobre la propia experiencia. En ese sentido, Pereyra explicó: “Los enfoques para abordar la enseñanza de lenguas extranjeras son, como en todos los campos, múltiples, diversos y, a menudo, se echa mano de uno u otro, según el contexto. Hay momentos de la clase en donde es posible o pertinente trabajar con proyectos; otros donde trabajamos con tareas o problemas para resolver, y otros donde necesitamos trabajar repetición o memorización, y ninguno está ‘bien o mal’, siempre y cuando el desarrollo de la clase sea variado y apunte al objetivo principal, que es la comunicación y la interacción significativa”.
En tal dirección, Figueroa manifestó: “Los desafíos son parte de nuestro temario en los encuentros con docentes. Hay algunos desafíos que son parte de la escuela en términos generales. Aquí podemos mencionar lo vinculado a la atención de los estudiantes, a la falta de tiempos para desarrollar los contenidos apropiadamente y a la necesidad de estrategias para atender a las diversidades, entre otras cuestiones. Por otra parte, en lo que respecta al aula de inglés específicamente, uno de los desafíos que siempre tenemos es involucrar a nuestros estudiantes en la producción oral; por ejemplo: construir ese espacio-tiempo en el que los niños hablan y experimentan con la lengua extranjera es, sin duda, uno de los aspectos de la enseñanza que más atención y trabajo nos requiere”.
En las aulas de inglés, los estudiantes, a una edad temprana, no comprenden el significado de cada término, sino que lo infieren del contexto, ayudados por el lenguaje corporal y gestual del docente, y por determinados materiales y recursos que este pueda poner a disposición.
En este punto, la autora recalcó que los recursos y los materiales dependen de las posibilidades de cada contexto, de la cantidad de estudiantes, del espacio físico y de las herramientas con las que se pueda contar. Detalló: “Cualquier material se puede y debe adecuar al contexto; lo que nos parece fundamental es que sea pensado para el grupo clase destinatario de la propuesta. En el caso de las Worksheets del Programa Entre Lenguas, se pensó, principalmente, en desarrollar materiales acordes con las realidades e intereses de los estudiantes de nuestra provincia, que los docentes puedan sistematizar, imprimir y disponer fácilmente de los recursos, como también pretendemos que abran la posibilidad de ordenar la secuencia, anticipar las actividades y colaborar en captar y en sostener la atención de los niños. En estos materiales, hay recursos como personajes que se repiten, tarjetas imprimibles, plantillas de juegos para imprimir, canciones, audios, videos y pósteres que son grandes apoyos a la comprensión y al desarrollo del lenguaje como práctica social. También, como equipo, desarrollamos orientaciones generales para el trabajo en el Primer Ciclo que recuperan ideas como el armado de espacios que textualicen el aula, canciones, rimas y frases para momentos de la clase”.
El trabajo sobre la confianza de los y de las estudiantes respecto a sus propias posibilidades de apropiación de una lengua extranjera resulta, para la enseñanza del Inglés en los primeros años de la escolarización, un asunto central. Según Figueroa, una estrategia que plantean está relacionada con involucrar a los estudiantes en situaciones y propuestas que sean parte de su niñez cotidiana, como puede ser participar en juegos y proyectos que requieren el uso del inglés, hablar de sí y de las personas que los rodean, de los lugares que habitan, usando la lengua extranjera, entre otras propuestas que generen un marco para el uso significativo de esta lengua que se está aprendiendo. Agregó: “Otra estrategia es acompañar, con un recorrido gradual, el trabajo y la producción de los estudiantes; es decir, el juego, la canción, el encuentro, el diálogo entre amigos o la presentación de una mascota organizan una secuencia de actividades que va nutriendo esa participación que se pretende, trayendo a la clase saberes previos, presentando y ofreciendo nuevo léxico y estructuras, o llamando la atención sobre algunas cuestiones de la fonética o la gramática, entre otras tareas analíticas, que permiten a los niños comprender lo que escuchan o leen, y animarse a producir”.
Por su parte, al ser consultada sobre las singularidades que asume la enseñanza del inglés como lengua extranjera en los inicios del nivel Primario, Pereyra recalcó: “Es posible agrupar una serie de necesidades colectivas, que, quizás, en otros niveles, se pueden diferenciar más, como, por ejemplo, los procesos de alfabetización y de transición del nivel Inicial al nivel Primario, que exigen otra dinámica, más tiempo de permanencia en la escuela y en el aula, más atención focalizada. Sin embargo, también es preciso comprender que los tiempos de aprendizaje de una lengua extranjera son muy diferentes para cada persona, lo que cada estudiante trae (en términos de saberes previos) también varía, por lo que se busca modificar estrategias en cuanto a recursos, agrupamientos, tipos de actividades, para ir encontrando las que mejor funcionan para cada grupo y para cada estudiante. La mirada comunicativa, de la que antes hablamos, nos permite momentos de producción ‘abiertos’, en los que también existe la posibilidad de participar en distintos niveles abarcando esa diversidad”.

Y concluyó: “Si la secuencia de actividades conduce a que podamos presentar a un amigo o a un familiar, por ejemplo, habrá, en las producciones de los estudiantes, textos más largos, más cortos, con más o menos errores, con imágenes o sin ellas, pero todos presentarán a su persona elegida y, más importante aún, estarán expuestos a los textos de sus compañeros (probablemente, diferentes al suyo), lo que representa un momento de escucha o de lectura muy enriquecedor”.
Cómo citar a este artículo:
Instituto Superior de Estudios Pedagógicos. (2024). El inglés en la escuela primaria: algunas pistas para pensar juntos. Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.