Como una condición propia de la época y de la cultura, la digitalización avanza y alcanza a casi todas las esferas de la vida social. Así, la escuela afronta el desafío de transformar los medios digitales en herramientas pedagógicas desde una mirada crítica y desde la tensión de gran parte de sus usos, sus lógicas y sus sentidos. Para abordar estos debates, conversamos con algunos integrantes del equipo de la Especialización en Tecnologías Digitales y Educación del ISEP, quienes abordan la tan compleja relación entre tecnologías, sociedad y escuela.

En el marco de una cultura cada vez más digitalizada, atravesada por la conectividad y por las nuevas tecnologías, el devenir del mundo –los aspectos sociales y culturales, económicos y políticos– se ve profundamente trastocado. Ese impacto alcanza también a la educación, que afronta el desafío de repensar las formas de enseñanza y aprendizaje y el oficio docente al calor de lo que traen consigo los medios digitales: nuevas formas de socialización, de aprendizaje, de producción de saberes y de acceso a la información, entre otras.
Los seminarios Narrativas Hipermediales y Redes Digitales y Sociales son dos propuestas que forman parte de la Especialización en Tecnologías Digitales y Educación que ofrece el ISEP, una formación que afronta las complejidades que supone para la escuela la incorporación de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), con sus nuevos lenguajes y narrativas como soportes de la cultura, la expresión y el pensamiento.
En ese marco, conversamos con algunos integrantes del equipo de producción de la especialización sobre una serie de interrogantes que ubican a los medios digitales, a sus narrativas y a sus maneras de inserción en la escuela, en el centro de la cuestión.
–Dentro de la propuesta de la especialización, ¿qué se entiende por medios digitales y por narrativas hipermediales?
Sebastián Torrez, profesor orientador en el seminario Narrativas Hipermediales: Las nociones de medio digital y narrativa hipermedial atraviesan las diversas propuestas y son abordadas de manera crítica. El concepto de medio digital se trabaja con mayor énfasis en el seminario Pensamiento Computacional, donde se lo asocia al particular procesamiento de la información a través de programas de computadora que, en su base, operan con código binario reducible en última instancia a operaciones matemáticas y/o energéticas. Se busca, con ello, avanzar en una comprensión crítica de los agentes computacionales que supere los términos relativos de TIC o NTIC. En cambio, el concepto de narrativa hipermedial se aborda, principalmente, en el seminario Narrativas Hipermediales, y enfatiza las nuevas maneras de acceder y de crear información de modos no lineales y con múltiples posibilidades de formatos y medios. Se busca una reflexión crítica sobre cómo los elementos y las reglas de las narrativas hipermediales pueden ser reapropiados para llevar adelante las prácticas y los usos relacionados con la alfabetización digital crítica.
Gabriela Romero, profesora orientadora en el seminario Redes Digitales y Sociales: Claro, en sentido técnico, entendemos por medios digitales a todos los medios que permiten distribuir información en bits. Narrativas hipermediales alude al uso de un tipo de estructura que presenta un formato de lectura no lineal y no exclusivamente textual.
Emanuel Farcy, responsable de contenidos del seminario Narrativas Hipermediales: Ampliando esta última cuestión, podríamos referir a las narrativas digitales como los contenidos hipermediales construidos por las personas a través de medios digitales. En ellas se expresan distintos lenguajes como el multimedia, audiovisual, HTML, etc., que rompen con la linealidad de la lectura. Los contenidos se vuelven interactivos y exigen una participación activa por parte de los lectores. Este protagonismo que adquieren los lectores se traduce en que pueden ingresar a esas narrativas desde cualquier medio o espacio nodal de la red, y ofrece la libertad de elegir recorridos que se encuentran interconectados.
–Siguiendo este hilo de conversación, ¿consideran que los medios digitales son herramientas pedagógicas? ¿Cuándo una herramienta digital se transforma en una herramienta pedagógica?
Martín Torres, responsable de contenidos del seminario Redes Digitales y Sociales: Considero que las tecnologías digitales pueden ser herramientas pedagógicas, así como lo han sido las tecnologías analógicas y otras con anterioridad. Toda la tecnología digital que se usa (y la que no) en la escuela forma parte de lo pedagógico, por ejemplo, las aulas virtuales, los correos electrónicos, las aplicaciones de mensajería, los procesadores de texto, las hojas de cálculo, los programas de diseño CAD-CAM, los simuladores, etc. En este caso, las tecnologías juegan ese rol por acción u omisión. Cuando la decisión consciente de cada docente/institución es planificar las prácticas de enseñanza en vinculación con las posibilidades que ofrecen estas tecnologías, las convierte en herramientas pedagógicas, si se quiere, por acción.
Sebastián Torrez: En otras palabras, se podría decir que los medios digitales no son herramientas pedagógicas naturalmente, pues sus usos y apropiaciones exceden el ámbito educativo; los encontramos operantes en los diferentes ámbitos de la cultura, la sociedad, la economía, lo público, lo privado, etc. Se transforman en una herramienta pedagógica cuando se realiza sobre ellos una reflexión dentro del ámbito educativo y se desarrollan formas de implementar su potencial técnico y social en el ámbito de una alfabetización digital crítica.
Martín Torres: Me parece que el enriquecimiento de esa reflexión se puede dar desde la problematización sobre las tecnologías, entendiéndolas como sistemas complejos que permiten o bloquean posibilidades, con un diseño que tiene características axiológicas, que establecen una relación de co-construcción con el entorno. Por ello, permitirán o bloquearán el aprendizaje de ciertos contenidos desde ciertos puntos de vista y en favor de ciertas prácticas culturales a las que favorece su diseño. Usar siempre Word como procesador de texto, además de facilitar el aprendizaje sobre, por ejemplo, la estructura de un escrito, sedimenta prácticas tecnológicas que dificultan el uso de otros procesadores.
Emanuel Farcy: A esta dimensión de las tecnologías la aborda Inés Dussel; ella explica que cuando las tecnologías son entendidas en términos de medios digitales (Dussel, 2012) cobran relevancia tanto las condiciones culturales e institucionales de producción, que llevan inscriptas y que buscan modelar el uso y las experiencias de sus usuarios, como también las prácticas sociales que se desarrollan con ellas. Ahí es cuando cobra importancia el rol fundamental y necesario del docente como intermediario entre la cultura escolar y la digital.
–A propósito de esta inscripción de las tecnologías en la cultura, ¿cómo podemos pensar los impactos que tienen las nuevas tecnologías en los modos de conocer el mundo y de vincularse con él?
Martín Torres: Las nuevas tecnologías se han insertado en todos los espacios de la vida humana, sean sociales o individuales. El peso que venían ganando se ha agigantado con la pandemia. Desde la ciencia hasta las relaciones sexuales, no queda nada que no se encuentre vinculado con alguna utilización de estas tecnologías. Por otra parte, la expansión de los sistemas de aprendizaje automático y su permanente intento de modulación de comportamientos (por ejemplo, las sugerencias GPS, Netflix, Facebook, etc.) inciden en las prácticas culturales y en los hábitos de manera constante, al igual que las múltiples brechas digitales.
Sebastián Torrez: En términos de esos impactos, creo que implican una necesaria desnaturalización de la relación hombre-tecnología y una reflexión crítica sobre la misma. Las nuevas tecnologías deberían ser comprendidas desde una mirada que no adopte una aceptación de la neutralidad de la técnica y que, en cambio, promueva un enfoque socio-constructivista. Se trata de una discusión en curso, pero, ante todo, se deben evitar los determinismos (sociales o técnicos) y la visión instrumental de la técnica.
Gabriela Romero: En lo que hace al campo educativo, creo que pensarlos es darles lugar en las aulas y en las propuestas de enseñanza, problematizar sus consumos, sus narrativas, etc., y hacerlo tanto desde el diálogo y el análisis como desde la experimentación.
Emanuel Farcy: Hay muchas potencialidades en su uso; la cultura digital impulsa el aprendizaje participativo y colaborativo, la autoría colectiva, la posibilidad de vivenciar el lenguaje multimedia, el trabajo en red y otras dinámicas pedagógicas donde se promueve la construcción de saberes con las y los estudiantes como protagonistas, y el/la docente como guía/facilitador.
–Y si lo pensamos desde la perspectiva de las y de los estudiantes, ¿qué beneficios ofrece la cultura digital para ellos? ¿Y qué desafíos implica para la tarea docente?
Gabriela Romero: Ante todo, la cultura digital, por ser la forma propia de nuestra época, no debería permanecer fuera del alcance de ningún estudiante, aunque siempre en relación con otras formas y prácticas de la herencia cultural.
Emanuel Farcy: Si pensamos en clave de esa cultura digital, en el día a día, las y los estudiantes son productores de contenidos multimedia ya que los medios y las herramientas digitales forman parte de sus hábitos culturales. Asimismo, en el uso de estas herramientas ponen en juego distintos aprendizajes: ensayo y error, inspiración/imitación de alguien, búsqueda de información, entre otros. Por ejemplo, al aprender y crear contenidos audiovisuales, aprender a cómo jugar un videojuego jugándolo, usar aplicaciones para búsqueda de información, leer críticas de usuarios como fuente de información, usar foros virtuales para saber más sobre algo y participar en estos espacios dialógicos. Por eso, el aprendizaje, la experiencia, las prácticas y los usos de medios digitales entran en la escuela con cada estudiante. Por estas razones, la escuela también tiene su papel preponderante como mediadora entre sus estudiantes y las tecnologías, para que puedan no solo desarrollar competencias en el marco de una alfabetización digital, sino establecer un vínculo crítico con las tecnologías digitales.
Gabriela Romero: Y a partir de ese vínculo crítico, emergen muchas potencialidades para la escuela; entre ellas, su heterogeneidad, su lógica de desarrollo que disputa jerarquías (aunque no las suprime) y la relativa facilidad para convertirse en productores.
Martín Torres: Aunque también supone desafíos y creo que los podemos pensar a partir de tres andariveles: infraestructura, formación docente y participación en los diseños de las iniciativas. Respecto al primero, mientras se mantengan los niveles de desigualdad en el acceso a estas tecnologías, será muy difícil aprovechar las potencialidades que ofrecen para la enseñanza y el aprendizaje. Sobre el segundo, la necesidad de superar miradas puramente instrumentales para incorporar la dimensión pedagógica de las nuevas tecnologías; eso requiere de procesos de formación inicial y continua significativos (por eso mi valoración de la Especialización en Tecnologías Digitales y Educación). Finalmente, en la medida en que quienes diseñan las tecnologías compartan los propósitos de los sistemas educativos (independientemente de las intenciones), la participación de las comunidades docentes en los diseños de propuestas de implementación –para situarlas en torno a necesidades/intereses/posibilidades de sus lugares– se amplificarán y acelerarán los procesos de creación de comunidades de nuevas prácticas.
–En el marco de una cultura cada vez más atravesada por los medios y las herramientas digitales, las y los estudiantes suelen tener un recorrido previo más cercano a ellas que los docentes. Sobre esto, ¿qué podemos decir respecto al conocimiento que traen los estudiantes? ¿Cómo debe el docente abordar esta cuestión?
Gabriela Romero: Las herramientas digitales están en la escuela porque las portan los sujetos que la hacen. Creo que, fundamentalmente, su sentido pasa por detenernos en algo para pensarlo, desarmarlo, ponerlo a prueba, recrearlo. A su vez, los conocimientos que traen los estudiantes son sumamente heterogéneos, a veces superficiales, aunque siempre dispuestos y abiertos a aprender, a indagar y a compartir conocimientos. Creo, en este punto, que el docente debe asumir los límites de su conocimiento con la actitud abierta al aprendizaje que requiere la profesión, promoviendo estas dinámicas entre y con sus estudiantes.
Sobre los entrevistados
Sebastián Torrez | Licenciado en Filosofía (FFyL, UBA), doctorando en Filosofía (FFyH / IDH, UNC – CONICET) y adscripto y tesista de la Maestría en Tecnología, Políticas y Culturas (CEA, UNC). Participa de diversos programas, proyectos y redes de investigación relacionados con la Filosofía de la Técnica y los Estudios Sociales de la Ciencia y de la Técnica, que abordan debates sobre la algoritmización, la información, la dronificación y las interfaces. Se desempeña como profesor orientador en los seminarios Pensamiento Computacional y Narrativas Hipermediales, de la Especialización en Tecnologías Digitales y Educación (ISEP).
Gabriela Romero | Licenciada y profesora en Comunicación Social. Especialista en Comunicación, Medios y Prácticas Educativas. Docente del Instituto Superior Carlos A. Leguizamón. Profesora orientadora en el Seminario Redes Digitales y Sociales.
Emanuel Farcy | Licenciado y profesor en Comunicación Social. Profesor de Tecnologías y Lenguajes Digitales / Multimediales en Nivel Medio, Superior y Universitario. Postitulado en Políticas y Programas Socioeducativos del INFOD. Actualmente, es responsable de contenidos del Seminario de Narrativas Hipermediales.
Martín Torres | Técnico Electromecánico y profesor de Educación Técnico Profesional. Maestrando en Tecnología, Políticas y Culturas | CEA – UNC. Docente de Secundaria Técnica. Responsable de contenidos del Seminario Redes Digitales y Sociales.
Cómo citar a este artículo:
Instituto Superior de Estudios Pedagógicos. (2021). Digitalización y nuevas narrativas: conversaciones en torno a sus desafíos en la escuela. Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.