El encuentro virtual, destinado a los y a las cursantes, propuso un conjunto de reflexiones en torno a los nuevos escenarios para dar clases. Las propuestas iniciaron en marzo el cursado del módulo “El oficio de enseñar en nuevos escenarios escolares” y del ateneo “Exploración de clases para la nueva escena escolar”.

El pasado viernes 5 de marzo se inició el cursado del módulo “El oficio de enseñar en nuevos escenarios escolares” y del ateneo “Exploración de clases para la nueva escena escolar”, pertenecientes a la Actualización Académica y a la Formación Académica “Enseñar con herramientas digitales”. Como acto de largada, se llevó a cabo un conversatorio virtual con la pedagoga Inés Dussel y con Adriana Fontana, directora del ISEP y autora del primer módulo.
La coordinadora de ambas propuestas, Paola Roldán, les dio la bienvenida a las y a los cursantes y sostuvo que se trata de una formación que “asume grandes desafíos porque surge y se desarrolla en un entorno en el que se atraviesa un tiempo profundo de cambios, de incertidumbres y de oportunidades, y que permite, en ese contexto, pensar la escuela en sus múltiples escenarios”.
Posteriormente, fue el turno de Adriana Fontana, quien recalcó que el aislamiento preventivo obligatorio desafió la tarea de dar clases y “nos hizo preguntarnos cómo seguimos”. Destacó: “Hubo que pensar el vínculo pedagógico, sostener la relación con nuestros estudiantes y hacer lugar a la posibilidad de tener clases en una instancia que no podía ser anticipada”.
Frente al desafío de lo incierto, Fontana reflexionó sobre el modo de abordarlo y, para ello, subrayó la necesidad de volver sobre aquello que constituye la esencia del oficio docente. “Frente al acontecimiento o al detenimiento, realizamos un primer espacio que dio lugar a las preguntas; el siguiente movimiento fue volver a la ‘memoria’, a lo que teníamos, a nuestro oficio, a lo que sabemos: dar clases. Se trata de una especie de fusión entre memoria e imaginación. Retomando a Bruner, ¿qué es posible reinventar cuando aquello que teníamos en la memoria nos puede dar un respaldo para aquello otro que nos desconcierta y nos obliga a crear?”, profundizó.
Por su parte, Dussel compartió algunas reflexiones en torno a la pandemia. Para la pedagoga, el contexto visibilizó a la escuela como entorno socio-técnico, como una construcción, una relación entre seres humanos, pero también con espacios y tiempos, con soportes, con artefactos que nos posibilitan hacer ciertas cosas pero que, al mismo tiempo, nos imposibilitan otras.
En ese conjunto de relaciones intervienen también los medios digitales, y frente a ello resulta necesario –sostuvo Dussel– activar algunas reflexiones y algunos cuestionamientos: ¿Qué se gana? ¿Qué se pierde? ¿Hay una exploración del mundo más amplia con las computadoras? ¿Es una ventana al mundo o una ventana al mundo que las corporaciones definen por sus algoritmos?
Finalmente, la reconocida pedagoga compartió algunas consideraciones referidas al retorno de la presencialidad. Instó a que el regreso a las aulas nos invite a repensar los efectos de la presencia y a asumir el “privilegio de estar juntos”, con el fin de indagar el verdadero sentido de ese estar con otros. “Hay algo que se produce por estar con otros que es una forma de conocimiento; el conocimiento se produce con el cuerpo. En ese sentido, hay muchas cosas que son efectos de presencia y hay un docente que está atento a cómo esos efectos se suscitan en el cuerpo”, finalizó.