“Dar clases con herramientas digitales” y “Dar clase en la Modalidad de Jóvenes y Adultos con herramientas digitales” se propusieron analizar, profundizar y reflexionar sobre la práctica, fundamentalmente, a través de la virtualidad.

Concluyó el cursado de los talleres “Dar clases con herramientas digitales” y “Dar clase en la Modalidad de Jóvenes y Adultos con herramientas digitales”. La primera propuesta, con alrededor de 110 cursantes, abarcó en su mayoría a estudiantes de profesorados y, en un porcentaje menor, a docentes noveles. La segunda, en tanto, contó con la participación de más de 80 docentes en actividad en el Programa de Educación a Distancia de la Modalidad de Educación de Jóvenes y Adultos, dependiente del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.
Ambas propuestas exploraron y reflexionaron sobre la práctica de “dar clase”, los lugares comunes que propone una clase, qué la convierte en tal y todo aquello que la involucra: cómo se diseña, cómo se organiza, qué contenidos y actividades incluye, qué y cómo se evalúa, qué herramientas y recursos hoy están disponibles y pueden contribuir a la tarea de enseñar.
“La propuesta pretendió dar respuesta a la necesidad / urgencia de los docentes y futuros docentes de contar con herramientas técnicas y pedagógicas. Esta se desprende del conversatorio ‘La clase en pantuflas’ a cargo de Inés Dussel, que luego dio lugar a una primera versión de un taller con el mismo nombre”, contó Paola Roldán, coordinadora de “Dar clases con herramientas digitales”.
Esta última implementación estuvo destinada, principalmente, a estudiantes, con el objetivo de ofrecer “una versión extendida en la exploración y en el uso de herramientas digitales”, describió la coordinadora.
El taller fue organizado en cuatro recorridos. “Se inició con la problemática que implicó dar clase a través de las pantallas, y se marcaron las diferencias entre las clases virtuales y las clases desde el hogar”, continuó Roldán. El segundo recorrido, en tanto, se focalizó en la exploración y en el uso de herramientas digitales y de distintas redes sociales. “Se abordaron las herramientas desde sus permisibilidades técnicas y desde los protocolos de uso, entendidas como objetos culturales que requieren ser tematizados y analizados para pensarlos en el escenario escolar”, explicó. El tercer recorrido trabajó con “los conocimientos que permiten las tecnologías, lo que promueven y lo que inhabilitan”. Finalmente, el último “se detuvo a mirar la evaluación como problemática singular, en un escenario de alta excepcionalidad”.
En este sentido, la propuesta permitió a las y a los docentes descubrir herramientas digitales y comprender sus usos en función de las características técnicas. “Además, los encuentros sincrónicos contribuyeron a pensar colectivamente con otros, se conocieron categorías para clasificar herramientas desde sus usos y posibilidades, se experimentaron trabajos colaborativos desde las propias mediaciones de la tecnología y se problematizaron los medios digitales, que requieren ser pensados en el contexto de la digitalización de la experiencia”, señaló Roldán.
Respecto al taller “Dar clase en la Modalidad de Jóvenes y Adultos con herramientas digitales”, la coordinadora Claudia Castro compartió: “A partir de entender la clase como el acto estructural del oficio docente, se intentó recuperar los saberes acumulados en el campo pedagógico y entablar un diálogo con la experiencia vivida en las circunstancias actuales. Así se buscó profundizar en asuntos relacionados al diseño, a la producción, a la planificación y a la evaluación de las clases, y avanzar en el reconocimiento de plataformas, herramientas y recursos digitales, analizando sus potencialidades y limitaciones en relación con la enseñanza y el estudio”.
Esta propuesta ofrece un trayecto formativo centrado en algunas cuestiones teóricas y metodológicas que posibiliten afrontar el desafío de enseñar en un tiempo en el que los entornos virtuales no solo forman parte de la vida cotidiana, sino que, además, son herramientas que acompañan las trayectorias educativas de los jóvenes y adultos.
Sobre la respuesta de los cursantes, Roldán destacó: “El taller representó un desafío y pudieron hacerse preguntas sobre las herramientas digitales, que fueron innovadoras para pensar sus futuras prácticas docentes. Además, se sintieron profundamente acompañados, lo que les permitió mirar críticamente las formas de enseñar de sus actuales docentes”.
Por su parte, Castro agregó: “El cursado virtual propuso el acceso a materiales en diversos soportes y lenguajes, así como la producción individual y colectiva de actividades, que promovió encuentros con tutores y tutoras en espacios colaborativos y comunitarios”.
“Lo interesante de este proceso fue la participación y el diálogo mediado por los tutores que, permanentemente, hubo entre colegas. El intercambio en los foros propuestos, el trabajo colaborativo poniendo en discusión las propias prácticas con las nuevas herramientas digitales. La respuesta de los docentes fue muy positiva”, finalizó Castro.