En este primer encuentro, con modalidad virtual, también se realizó un conversatorio entre la directora del ISEP, Adriana Fontana, y la pedagoga Inés Dussel sobre los desafíos que plantean los medios digitales y su relación con la escuela y los docentes, sobre el avance de la cultura digital y sobre la idea de una socialidad redefinida por la conectividad.

El pasado 17 de octubre, con el inicio del Módulo Introductorio, comenzó el cursado de la Actualización y de la Formación Académica “Enseñar con Herramientas Digitales”. Ambas propuestas buscan generar un espacio de análisis, reflexión y construcción de saberes en torno a las particularidades que asume el oficio docente en el contexto contemporáneo y en la cultura digital. Además de comprender los cambios tecnológicos y las transformaciones socioculturales que interpelan las formas y los contenidos educativos en modalidades que combinan entornos físicos y virtuales de escolarización.
Durante este primer encuentro, realizado con la modalidad virtual, se abordaron dimensiones técnicas y administrativas sobre el desarrollo de la propuesta con los equipos de cada uno de los Institutos de Formación Docente asociados al ISEP. Asimismo, la jornada cerró con una conversación entre Adriana Fontana, directora del ISEP, e Inés Dussel, investigadora y doctora en Educación.
Allí se abordó el sentido de la propuesta. Se ahondó en los desafíos que traen los medios digitales en la actualidad y, especialmente, en este año de excepcionalidad para el sistema educativo. Además, el espacio dio lugar a preguntas nodales que estructuran el oficio docente, en el marco del avance de la cultura digital y de una socialidad redefinida por la conectividad.
Entre algunas de las ideas sobre las que se dialogó en el encuentro, se abordó la escuela como un lugar posible para la experiencia de igualdad.
“Hoy estamos discutiendo mucho sobre la situación de desigualdad social, económica y cultural que la pandemia ayudó a visibilizar de modo descarnado. En ese contexto, la escuela tiene una posibilidad de acción, de construcción sobre la experiencia de la igualdad, que me parece que es un tema que, en este tiempo, los docentes tenemos que ponerlo en agenda, conversarlo”, analizó Fontana.
En esa línea de pensamiento, la directora del ISEP destacó las posibilidades que ofrece la institución escolar para proponer y hacer lugar a esa igualdad: “Tengo una hipótesis –que es la misma que tienen Masschelein y Simons– que es que quizás no haya institución humana mejor preparada para hacerle lugar a esta experiencia de igualdad que tiene que ver con la experiencia de la potencialidad. (…) Nadie tiene definido el lugar hasta el cual puede llegar si cuenta con la posibilidad de una experiencia en la que se pruebe. Se trata de intentar, de que alguien genere esa confianza para intentar llegar hasta donde uno quiere llegar haciendo lo que tiene ganas de hacer. La escuela es un lugar posible, en donde puede acontecer la experiencia de la igualdad, aun en la situación descarnada de desigualdad que estamos viviendo”.
Por su parte, Inés Dussel intervino con una reflexión sobre dar clases con herramientas digitales. Partió del señalamiento de que “la enseñanza siempre implica un entorno sociotécnico y un trabajo con los espacios, los artefactos que tenemos”, como lo fueron el pizarrón, los pupitres y la institución escolar. Desde allí, remarcó el vínculo estrecho que une la experiencia escolar con los dispositivos, los medios digitales y las prácticas que proponen. “En esta pandemia, en la cual estamos encerrados en nuestras casas, a la escuela le cuesta armar esa suspensión en tiempo y espacio, nos damos cuenta de cuánto nos configuran los artefactos, los espacios, las tecnologías de la escuela”.
Por otra parte, la especialista llamó a pensar en la escuela moderna, de los siglos XVI y XVII, que “se convirtió en una institución muy importante en términos de agencia cultural que propuso cierta transmisión de la experiencia entre las generaciones. Y eso lo hizo –agregó– a través de organizar un tiempo y un espacio específicos”. Se trata de la idea, originaria de Masschelein y Simons, de la escuela como suspensión, como un tiempo-espacio particular.
En relación con este último concepto, se abordó la organización del tiempo y del espacio escolar en su vinculación con la idea de la corrección, sobre la cual Dussel afirmó: “La corrección es muy interesante, no en sentido de la evaluación que califica y promueve, sino en torno a la escuela como un espacio que construye una relación con el conocimiento que se valida con otros”.