Inició con su primer recorrido, “Dar clase hoy: con lo que sabemos y con lo que estamos aprendiendo”, a cargo de la directora del ISEP, Adriana Fontana. La apertura se llevó a cabo a través de una clase sincrónica y virtual. Este material estará disponible en nuestro portal en los próximos días.

El pasado miércoles 20 de mayo se llevó a cabo la clase de apertura del taller “La clase en pantuflas”, una propuesta que invita a reflexionar acerca de los modos posibles de construir la escuela desde casa en este tiempo de excepcionalidad.
Se trató del encuentro inaugural -sincrónico y virtual- del Recorrido I del taller, denominado “Dar clase hoy: con lo que sabemos y con lo que estamos aprendiendo” que está a cargo de la directora del ISEP, Adriana Fontana.
Durante su desarrollo se propuso, a partir de una reflexión sobre las clases que conocemos -la presencial y la virtual-, pensar la escuela desde casa en este contexto actual signado por la pandemia. Se plantearon, además, algunos interrogantes tales como ¿qué significa dar clase?, ¿qué hacemos cuando damos clases?, ¿qué “hace” que una clase sea clase? y ¿cómo podemos hacerlo desde nuestras casas?
Adriana Fontana planteó un ejercicio analítico y reflexivo sobre las clases que se desarrollaban en la presencialidad, las condiciones en las cuales esas clases tenían lugar -en el espacio físico de la escuela-, y cómo se actualizan esas condiciones en el actual contexto. “En casa tenemos que generar el aula con nuestros estudiantes. En las escuelas el espacio físico está, están delimitados los tiempos, los horarios y eso hace que cada uno entre y salga del lugar cuando corresponde”, expresó Fontana, y profundizó: “Ahora nos preocupan cosas acerca de cómo es la posibilidad que tienen nuestros estudiantes, y que tenemos nosotros mismos, de ingresar, acceder y moverse en el entorno del ciberespacio. Porque para ingresar hay que tener un dispositivo y depende mucho de ese dispositivo qué capacidades tenemos para movernos en este entorno. Si pensamos la escuela como dispositivo, ahí reconocemos lo mucho que tiene de igualitario ese dispositivo entonces”.
Además, la directora de ISEP reflexionó en torno a la creación de las clases en este nuevo y particular acontecer: “A las clases podemos pensarlas como una obra que nosotros creamos, como una producción artística en la que los docentes, cuando damos clases, hacemos el trabajo de tallar y producir mediaciones para acercar, para enseñar a nuestros estudiantes eso que es valioso culturalmente. En este momento, en el que estamos todos mediados por la virtualidad, construimos las clases solos, aislados, pero también nos encontramos con nuestros estudiantes a través de la pantalla”.
Fontana recordó también las palabras del pedagogo francés Philippe Merieu, que en su libro Frankenstein Educador manifiesta que los docentes construyen mediaciones, “elaboran situaciones que signifiquen enriquecer el entorno lingüístico de nuestros estudiantes de modo regular, intervenimos en unas reformulaciones que sistemáticamente hacemos para que nuestros estudiantes integren lo nuevo, lo que le estamos presentando de lo ya conocido, facilitamos una continua reestructuración del pensamiento y ponemos a disposición de ellos objetos culturales, generamos situaciones para que puedan explorarlos, para que puedan experimentarlos”.
“Cuando estamos en la escuela -continuó- hacemos eso en un escenario en el que nuestros estudiantes están con sus compañeros, con otros estudiantes. Por tanto, lo que se genera desde el punto de vista cognitivo tiene una riqueza que es incomparable cuando uno estudia solo. La escuela nos permite trabajar con la grupalidad y eso es una condición muy valiosa que tendríamos que pensar cómo hacer para no perderla en esta circunstancia”.
Sobre el taller “La clase en pantuflas”
El taller, que cerró sus inscripciones a finales de abril, está pensado para acompañar a los docentes en este momento de excepcionalidad y construir colectivamente modos posibles de dar clase desde casa.
Además, se ocupará de brindar algunas herramientas que hoy están disponibles y pueden contribuir a la tarea de enseñar. Asimismo, analizar la enseñanza, el estudio al que invitan las clases y, en términos más generales, cómo esta situación en la que estamos interpela el oficio docente.