El último encuentro presencial del seminario, que forma parte del ciclo “Entre Colegas”, se realizó el pasado 27 de octubre. La cursada recorre una selección de obras de Sarmiento y Rancière e intenta hacerlas dialogar a partir de una serie de contrapuntos. En esta fecha, se buscó reflexionar sobre dos propuestas concretas ideadas para la transmisión de aquellos trabajos seleccionados a estudiantes de profesorados.
El pasado 27 de octubre, en el Instituto de Enseñanza Superior Simón Bolívar, se desarrolló el plenario de cierre del seminario “Sarmiento y Rancière: contrapuntos entre civilización y emancipación” del que participaron los y las cursantes de los diferentes institutos de formación docente asociados en los cuales se desarrolló la propuesta.
Este seminario, que supuso un recorrido por las obras de Sarmiento y de Rancière, se propuso trazar un mapa de diálogos y contrapuntos alrededor de los conceptos civilización-barbarie, sujeción-emancipación, desigualdad-igualdad y educación-explicación.
En este último encuentro, se plantearon diferentes momentos y problemas para debatir entre colegas. En primer lugar, se recuperó algo que había quedado pendiente en el encuentro anterior: la genealogía de la palabra “civilización”. Se trabajó sobre lo que los autores denominaron “desplazamientos” respecto de las nociones centrales de civilización y barbarie, por un lado, y respecto de la idea de emancipación, por el otro. Para desarrollar el último contrapunto, se abordaron otros escritos de Sarmiento y de Rancière no incluidos en la bibliografía de los seminarios y se abrió un espacio para reflexionar acerca de la forma que adoptaron estos espacios de formación para futuros y futuras docentes (quienes están transitando su formación inicial como profesores/as), pero también sobre la forma que adquirió este seminario del ciclo “Entre Colegas” en particular. “Por eso, sobre el final, los autores expusieron algunas perspectivas teóricas sobre el montaje, el anacronismo y los dispositivos que les permitieron explicitar las estrategias que subyacen y dan forma a las diferentes propuestas de transmisión elaboradas”, resumió sobre la jornada Laura Percaz, de la coordinación del ciclo “Entre la Pedagogía y la Cultura”.
“Cuando uno produce la relación entre dos contenidos, dos grandes textos dispares entre sí, lo que se produce es otro tipo de conocimiento”, explicó Javier Trímboli, uno de los autores del seminario, sobre el singular abordaje de los textos de Sarmiento y Rancière. Y sostuvo que “un conocimiento en donde, lejos de construir una idea de puro acuerdo de un autor consigo mismo o de un autor con nosotros, con esta época que lo lee, lo que se produce a través del montaje es un desacuerdo que permite producir un pensamiento común”.
Asimismo, la reflexión sobre el seminario otorgó una importancia significativa al rol de las imágenes y lo audiovisual. Gabriel D’Iorio, también autor de la propuesta, aclaró que no se pensó en las imágenes como netos ejemplos de ideas, sino como portales a un campo repleto de preguntas, problemas y cuestionamientos que, dentro de las clases, se constituyen en objetos de pensamiento.
“Nos parece fundamental que lo audiovisual y las imágenes se entiendan como parte del trabajo que hacemos a la hora de pensar una clase y, luego, a la hora de transmitir un conocimiento del que son parte. Imágenes y palabras allí dialogan, no porque las palabras expliquen el sentido último de la imagen ni tampoco porque las imágenes ilustren a las palabras, sino porque se da una especie de relación compleja que a nosotros nos interesa poner en tensión”, profundizó D’lorio.
El recorrido formativo cumplió con las expectativas de D’Iorio y Trímboli, quienes destacaron el trabajo de los y las cursantes y el nivel académico que evidenciaron tanto en las actividades solicitadas como durante las participaciones y reflexiones en los encuentros presenciales. Fueron instancias donde se conversó, se discutió y se dialogó mucho.
“Estamos muy contentos. Logramos producir un paréntesis interesante de aquellas urgencias cotidianas, ligadas al aula y a los propios quehaceres, para poder leer buenos escritos de Sarmiento y Rancière. Además, teniendo en cuenta el nivel de exigencia que tiene la propuesta, que no es liviana ni fácil, la respuesta estuvo a esa altura”, concluyó Trímboli.