El recorrido formativo que ofrece la Especialización en Conducción y Gestión -cohorte 2017- asume el desafío de abordar las distintas dimensiones que incluye una tarea tan compleja como la de conducir una institución educativa. En este sentido, dialogamos con Liliana Abrate, autora del módulo “Gestión, formación y profesionalización de equipos docentes”, sobre la problemática de la formación continua y el desarrollo profesional de los equipos docentes y sus posibilidades de gestión.

La escuela es un ámbito de formación, no solo para los estudiantes sino también para todos y todas los y las que la habitan; fundamentalmente, docentes y directivos. Por eso, pensar en la formación y profesionalización de los equipos docentes, en tanto dimensión constitutiva de la gestión directiva, es una tarea de compromiso que debe ser fortalecida dentro de un espacio colectivo de trabajo y desarrollo profesional.
En este marco, la propuesta del módulo “Gestión, formación y profesionalización de equipos docentes” pone el foco en las cuestiones formativas, en su sentido más amplio y específicamente pedagógico, esto es: reconocer en las distintas situaciones escolares su potencialidad formativa para todos los actores involucrados en ellas y en especial para los equipos docentes. Conversamos con Liliana Abrate, autora del módulo mencionado, para repasar los principales desafíos que la formación de los docentes supone y cómo opera, en ese propósito, la conducción de las escuelas.
¿Toda escuela puede constituirse como un espacio de aprendizaje para la comunidad docente?
Liliana Abrate: La escuela es el ámbito de aprendizaje para todos sus actores, pero convengamos que suele pensarse este proceso solo para los niños y jóvenes, bajo el supuesto de que los docentes “ya están formados”. En calidad de adultos responsables y con una preparación específica, es evidente y necesario que acrediten un conjunto de saberes desde los cuales se sostiene la asimetría en la relación educativa. Sin embargo, ello no implica considerar que tal proceso está concluido. Es justamente la escuela la institución privilegiada para revisar y replantear de manera incesante el desafío de educar a las nuevas generaciones en el marco de las transformaciones sociales y culturales de cada época.
En ese marco, ¿cuál es la tarea de los directores y las directoras dentro de la formación de los equipos docentes que conducen y gestionan?
L.A.: En primer lugar, es importante destacar que ante la multiplicidad de tareas que incluye la gestión directiva y la complejidad actual de las dinámicas escolares, resulta muy agobiante incorporar una ocupación más. Recordemos que no siempre se consideró la formación continua de los docentes como responsabilidades de los equipos directivos ni del propio Estado. Más bien podríamos decir que, desde la década de los ochenta, con la recuperación de la democracia en nuestro país, se gestaron distintas propuestas desde los ministerios, los sindicatos y/u organizaciones civiles que procuraron cubrir demandas de actualización en distintas temáticas que requerían la renovación de las prácticas educativas.
Bajo ese escenario, las temáticas incluidas en el módulo procuran pensar y gestionar la escuela reconociendo su dimensión pedagógica, asumiendo la formación permanente de los equipos docentes y procurando generar los mejores espacios y dinámicas de reflexión de la propia práctica. No se trata de enumerar tareas para sumar a las que realizan hoy los directivos, sino de visibilizar y reconfigurar su carácter pedagógico, de modo que una reunión de personal, una conversación, una devolución de planificaciones, una observación de clases o una revisión de una experiencia dé lugar al debate y la reflexión necesaria para su sostenimiento o su transformación. En todo caso, lo que se requiere es reconocer explícitamente el ámbito escolar como un espacio de formación continua y asumir sus posibilidades en diversos espacios, en distintas situaciones y prácticas cotidianas.

A la par de las múltiples tareas que debe afrontar quien conduce una institución educativa, el/la docente actual también tiene que abordar un conjunto de responsabilidad administrativas que conviven con su práctica docente en el aula. En ese contexto, ¿cómo se puede promover y acompañar, desde la conducción de las escuelas, a los y las docentes para que puedan asumir, también, una formación continua?
L.A.: Es justamente la complejidad de la práctica docente actual la que nos desafía a pensar sus modos de resolución. No es posible continuar con una lógica sumativa de acumulación de más tareas, sino de repensar y revisar los modos con que se resuelven, reconociendo en todas ellas su dimensión formativa. Es decir, proponemos pensar la tarea educativa no solo en el aula, sino en todos los espacios y situaciones institucionales, de modo que podamos reconocer en la interacción y el intercambio cotidiano entre colegas la vertiente formativa, sin agregar más tareas a las que ya se realizan. Es así que en el módulo analizamos situaciones cotidianas, conversaciones, entrevistas y otras dinámicas en las que los directivos podrán desplegar estrategias con intencionalidades formativas para con el equipo docente. Entendemos que reconocer a la escuela como ámbito de formación situada para los equipos docentes implica asumir que todo lo que en ella acontece se sostiene en objetivos educativos. Por tanto, importa que desde los equipos directivos se privilegie tales propósitos en todo momento.
En suma, se trata de preguntarnos por qué hacemos lo que hacemos y cómo podría hacerse de otra manera, qué produce cada modalidad de trabajo y con qué convicciones pedagógicas las fundamentamos.

Yendo más a la experiencia de los y las cursantes en el transcurrir del módulo, ¿qué reflexiones y conclusiones se pudieron rescatar desde el trabajo colectivo, tanto en aulas virtuales como en los encuentros presenciales?
L.A.: Este módulo, desarrollado durante los meses de agosto y septiembre, fue un espacio para los cursantes que posibilitó revisar y compartir experiencias significativas en su desempeño profesional. En él se elaboraron registros etnográficos de diversas situaciones escolares, análisis de estrategias para la formación -como observación de clases, planificaciones, entrevistas, narraciones- y se finalizó con la realización de un proyecto formativo pensado desde el lugar de la gestión.
Es así como, a partir de las producciones presentadas por los cursantes, podemos afirmar que circula un saber pedagógico muy valioso entre los docentes, no siempre explicitado y visibilizado. Al trabajar con situaciones propias de su entorno, analizar en ellas diversos componentes e identificar problemáticas vinculadas con la formación profesional, se posibilita lo que solemos llamar “el proceso de desnaturalización”. Esto es, mirar lo que acontece cotidianamente no como lo esperable, inevitable o previsible, sino como un modo posible de hacer escuela que se sustenta en certezas que hoy están, al menos, debilitadas y, por tanto, merecen ser recreadas.
Sobre la autora del módulo
Liliana Abrate es profesora y licenciada en Ciencias de la Educación, magíster en Ciencias Sociales, profesora adjunta -a cargo- de las cátedras Pedagogía y Corrientes Pedagógicas Contemporáneas de la Escuela de Ciencias de la Educación. Es investigadora reconocida en el programa de Incentivos Docentes -categoría III- abordando temas pedagógicos. Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas y capítulos de libros. En tareas de capacitación, ha dictado cursos de formación docente continua en temas de gestión institucional en el marco de proyectos de extensión universitaria, en postitulación docente del Ministerio de Educación y desde el Instituto de Capacitación de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba. En el nivel de Posgrado, se desempeña como docente de una diplomatura Superior en formación docente de la Universidad Nacional de Chilecito y de cursos de posgrado en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC.
Cómo citar a este artículo:
Instituto Superior de Estudios Pedagógicos. (2018). La escuela, un espacio de formación para todos los que la habitan. Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.