Javier Trímboli y Gabriel D’Iorio, autores del seminario “Sarmiento y Rancière: contrapuntos entre civilización y emancipación”, sostienen que esta propuesta es un intento por otorgarle la necesaria densidad cultural y filosófica al acto de educar, plasmado -además y de forma bien práctica- en los seminarios que constituyen el ciclo Entre la Pedagogía y la Cultura. La propuesta, que problematiza los conceptos de civilización y emancipación, pretende reflexionar sobre los diversos dispositivos construidos para la transmisión de las obras de Sarmiento y de Rancière.

Abordar algunos de los temas y problemas con los que nos enfrentan las escrituras de dos pensadores tan distantes en el tiempo como lo son Domingo Faustino Sarmiento y Jacques Rancière, no solo revela un intento por otorgarle la necesaria densidad cultural y filosófica al acto de educar, sino que también busca acercarnos a una serie de interrogantes sobre el sistema educativo actual.
Javier Trímboli y Gabriel D’Iorio, autores y responsables del contenido del seminario “Sarmiento y Rancière: contrapuntos entre civilización y emancipación”, explican que el contrapunto es, en parte, entre el corazón del siglo XIX, con sus ilusiones y cegueras, y el final del siglo XX y el comienzo del XXI, con apuestas que necesariamente ya no pueden ser las mismas. Así, reflexiona Javier Trímboli, “es también entre un pensamiento, el de Sarmiento, que se expresó en un margen del mundo pero que llegó al centro en ese margen; y otro, el de Rancière, que se elabora en un centro pero que trabaja en posiciones que son las de los márgenes”.
La propuesta tiene la particularidad de trabajar con dos contenidos muy importantes para la tarea de la educación y de buscar que los maestros vuelvan a leer estos textos a partir de una reflexión profunda y compartida: “Nos interesa volcar un pensamiento sobre estos temas mayores y sobre esa experiencia, que hagamos una suerte de taller, de compartir una reflexión, un pensamiento, por qué se dio de una manera y no de otra, qué cosas a favor y qué cosas en contra se encuentran”, detalla Trímboli.
El seminario anima la idea de trazar un mapa de diálogos y contrapuntos alrededor de algunos conceptos claves y centrales en la formación docente, como lo son civilización-barbarie, sujeción-emancipación, desigualdad-igualdad y educación-explicación. En ese sentido, D’Iorio recalcó que se abordarán a partir de dos figuras que, en apariencia, no tienen en común más que una preocupación respecto del problema de la educación: “Por un lado, Sarmiento, el hombre de los mil oficios (maestro, escritor, periodista, militar, presidente), el padre de la educación argentina, uno de los protagonistas de nuestro siglo XIX. Por el otro, Rancière, un filósofo argelino-francés nacido en 1940, que todavía vive y que ha propuesto algunas tesis sobre la igualdad vinculadas al conocimiento”.

Se trabajará alrededor de materiales, de objetos culturales bien precisos, que, en este caso, serán dos libros de Sarmiento –Facundo o civilización y barbarie, de 1845, y Recuerdos de provincia, de 1850- y otros dos de Rancière –El maestro ignorante y El espectador emancipado, publicados originalmente en 1987 y 2008, respectivamente-.
A partir de estos materiales, los autores proponen un recorrido que tensione las ideas de civilización y emancipación, a la vez que una aproximación a ellas por parte de las nuevas generaciones. “Civilización es una idea fundamental para Sarmiento que la coloca como opuesta a la de barbarie. En el caso de Jacques Rancière, el concepto de emancipación también es clave en la última época porque viene a tomar otro impulso en relación al tema de la revolución y el socialismo. Rancière, en buena medida, da cuenta con su pensamiento del agotamiento o del problema del concepto de la revolución a la vez del concepto del socialismo. A partir de eso se elabora esta idea de emancipación”, analiza Trímboli.
Trabajando esta misma cuestión, D’Iorio apunta que Sarmiento tiene una fuerte connotación entre nosotros porque remite a un proyecto no solo educativo, sino también de país. “Evaluar el término -profundiza- implica, además, evaluar un proyecto. Rancière tiene antecedentes más amplios vinculados a diversos proyectos que se inscriben en la llamada modernidad, sean estos estatales, revolucionarios o libertarios”.
Bajo este contexto, resulta interesante pensar cuál es, en clave del concepto que aborda Rancière, la lucha emancipadora que hoy libra la educación. Sobre ello, Trímboli opina que ese concepto aún está bastante indefinido: “Cuando ocurre esto con un concepto es que tiene mucho futuro, que circula, que ingresa, que gusta, que tiene mucho para dar, mucha vitalidad. En el caso de Rancière, pensar el problema de la emancipación y el problema del maestro que apuntala, que ayuda y colabora en esa emancipación, es pensar en situaciones muy puntuales y concretas. Tan concretas como la de ese ‘maestro ignorante’. Lo que hace Joseph Jacotot es producir, con un grupo de estudiantes, una experiencia de pensamiento fenomenal ubicada en esa situación concreta. Si la idea de civilización tiene algo universal, la idea de emancipación tiene algo de situado. Es lo que puede hacer un maestro, un docente. Incluso no lo que puede hacer todo el tiempo, sino en determinadas circunstancias”.

A propósito de ello, D’Iorio agrega que uno de los problemas centrales desprendidos de esa discusión es cómo entender la enseñanza y qué vínculo es posible trazar con la cuestión de la igualdad de las inteligencias y el contexto sociocultural. “El otro problema vinculado al anterior -agrega- remite a la pregunta por la relación entre transmisión, explicación, comprensión. Por eso, en el seminario buscamos que se puedan revisar los presupuestos a partir de los cuales cada docente elabora algunos pasajes de sus clases”.
Cómo citar a este artículo:
Instituto Superior de Estudios Pedagógicos. (2018). Sarmiento y Rancière: un contraste intelectual en las cuestiones que hacen a la vida en común. Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.