Con la llegada de los nuevos medios digitales, los docentes sienten la necesidad de introducir cambios en el formato y el contenido escolar tradicional. Es por ello que el Instituto Superior de Estudios Pedagógicos lanza la Especialización en Educación y Medios Digitales, una propuesta de formación que apunta a fortalecer los saberes docentes en el marco de las nuevas condiciones socioculturales y educativas que sitúan la relación entre la escuela y los medios digitales en el eje del debate.

Nuestro tiempo se encuentra atravesado por múltiples transformaciones sociales, culturales, políticas y económicas signadas por la digitalización, la conectividad, la fugacidad y la instantaneidad, entre otros procesos divergentes. La escuela y, en particular, el oficio de enseñar, no escapan a esta situación.
A consecuencia de ello, se replantean las relaciones con el saber y la transmisión cultural, interpelando profundamente la enseñanza. Por eso, hablar de medios digitales, y no solo de tecnologías, es fundamental para tener en cuenta las dimensiones sociales e institucionales que portan los aparatos tecnológicos.
Ese espacio de reflexión y de formación será el que brinde la nueva Especialización en Educación y Medios Digitales que dictará el ISEP durante 2018; su búsqueda será reconocer los cambios tecnológicos y las transformaciones socioculturales que interpelan el oficio docente en el presente y aportar herramientas conceptuales y metodológicas para orientar la práctica educativa.
Desde su perspectiva, Paola Roldán, coordinadora de esta Especialización, señaló que las computadoras, los videojuegos y los teléfonos celulares son más que meros artefactos tecnológicos, ya que implican protocolos de uso, lenguajes, audiencias, intereses y dinámicas económicas y políticas.
“Esta Especialización está pensada para fortalecer lo que las escuelas ProA (Programa Avanzado) intentan promover. El objetivo es desarmar un discurso instalado de las tecnologías como sinónimo de novedad, de avance y de garantía; desarmar el desinterés y el aburrimiento de los alumnos en el aula y, de esta manera, poder construir aquello que sostenga que la clave está en la enseñanza y en ese vínculo de deseo del docente con su campo de conocimiento”, indicó Roldán.
Y agregó que “esta relación que se promueve con las tecnologías trata de correrse del lugar de la tecnología como la resolución de los problemas; se posiciona desde una perspectiva que comprende al docente como un sujeto que es capaz de crear su propia propuesta de enseñanza y que entiende que la tecnología le permite repensar su práctica dentro de la escuela. El docente transforma el modo de pensar, la enseñanza, el aprendizaje, el vínculo con los alumnos y piensa otra forma de inclusión”.
Uno de los aspectos en los que profundiza la Especialización es que los nuevos medios digitales desafían la organización de saberes escolares, por ejemplo, la división en materias o áreas, y plantean modos de conocer que se afirman en lo inmediato, en una atención más distribuida y fragmentada que concentrada en pocos asuntos –como propuso la escuela–, en contenidos que supuestamente se definen en función del interés de cada usuario, y en una interpelación emocional antes que racional (entre otros, simbolizado en el “Me gusta” de Facebook).
En ese sentido, Roldán indicó que la tecnología está lejos de ser neutral y trasciende el concepto del aparato en sí: “La tecnología ingresa en la escuela. Tus gustos o intereses están condicionados por los usos que hacés de la tecnología, tus posibilidades de pensar, tus “Me gusta”; la cantidad de películas que ves en Netflix determina lo que vas a seguir viendo más adelante; la música que escuchás en Spotify te configura y tus posibilidades de elección se van concentrando sobre la base de ese algoritmo que se va determinando”.
Y añadió: “La escuela es central para desarmar ese lugar que aparece opaco e invisible. Pero, para poder hacerlo, el docente debe ser usuario de la tecnología y entenderla, desarmar esa noción y pararse en ese lugar central”.
Por otro lado, la Especialización en Educación y Medios Digitales abre la discusión respecto a un régimen visual cada vez más espectacular y sensacionalista que reclama estímulos visuales y auditivos impactantes para capturar la atención. Hay transformaciones importantes en los archivos de la cultura, que la escuela tendía a considerar como algo estable y organizado; en cambio, los archivos digitales son inabarcables, efímeros, desordenados, y las fuerzas centralizadoras se han trasladado desde las bibliotecas y los expertos a los grandes buscadores, muchos de ellos manejados por corporaciones tecnológicas.
Al respecto, Paola Roldán analiza: “Hoy en día los estudiantes miran más el contenido de las tecnologías –por ejemplo, si una publicidad tiene contenido sexual, político o violento– y no miran el modo en que esos contenidos se muestran. Se lee lo que Twitter, Instagram y Facebook publican en el muro”.
Consultada sobre en qué se ha transformado la escuela hoy en día, la coordinadora indicó que, en la actualidad, se piensa en una institución del saber, en un lugar que debe legitimarse segundo a segundo: “Tener un título de docente o tener un cargo o estar frente al aula no significa que tengas la autoridad para poder asumir ese lugar de transmisión de saber. Y esa gran parte tiene que ver con el proceso de transformación del conocimiento”.
Finalmente, Roldán remarcó que hoy “hay que repensar qué pasa cuando el docente planifica, cuando evalúa, cuando selecciona recursos, entre otras cuestiones”. “El docente debe pensar en esos quehaceres cotidianos del aula como lugares que tensionan estas preocupaciones de la contemporaneidad”, concluyó.