Dar clase puede decirse es un acto estructural del trabajo docente. En cualquier nivel y modalidad, lo que hacemos los docentes es… dar clase. Ahora bien, ¿qué supone dar clase?, ¿en qué consiste esa : tarea, estrategia, acción?, ¿qué “hace” que una clase sea clase?
Como toda acción social, “dar clase” es una práctica situada en contextos singulares, atravesada por múltiples tradiciones pedagógicas, a veces contradictorias, en la que se tensan diferentes intereses y, por lo tanto, se configura también un espacio en el que se ponen en juego los vínculos, el saber, los modos de relación, el poder. Luego, esto se expresa en numerosas decisiones que se toman a diario en la clase.
La experiencia de este presente que cambió las coordenadas históricas, por un lado, nos llevó a “dar” clase en las pantallas. Para afrontar esta novedad, recurrimos a lo que sabíamos de las clases presenciales, las que se dan en los edificios escolares, y algunos recurrimos también a saberes más relacionados a las clases virtuales.
La propuesta del taller es, entonces, la de reflexionar en torno a las clases presenciales, virtuales y las que se producen en las pantallas. Analizaremos los lugares comunes (qué hace que una clase sea clase) y también las diferencias. Cómo se diseña, cómo se organiza, qué contenidos y actividades involucra, qué y cómo se evalúa; qué herramientas, qué recursos hoy están disponibles y pueden contribuir a la tarea de enseñar.
Asimismo el taller se detiene en la cuestión de la enseñanza y el estudio, y en términos más generales, en cómo esta acción interpela nuestro oficio. Partimos de lo que sabemos, de la experiencia que tenemos y nos animamos a proponer algunas estrategias para “dar clase en la modalidad combinada”. Clases presenciales, virtuales y en las pantallas analizadas desde la cuestión central que les da sentido: enseñar.