En este seminario proponemos una aproximación a la obra del naturalista inglés Charles Darwin que consideramos imprescindible para pensar la evolución de la vida en nuestro planeta. No es solo una cuestión de conocimiento científico, se trata además de un conocimiento culturalmente relevante. Ninguna otra teoría ha tenido un efecto tan significativo en los cimientos del mundo moderno: en nuestra percepción de la naturaleza, de nosotros mismos como humanos y de nuestro lugar en el mundo.
Darwin pertenece a una lista muy acotada de científicos cuyas ideas han obligado a cambiar los presupuestos del pensamiento más allá de sus propias áreas disciplinares; la economía, la sociología, la geografía, la política fueron, en alguna medida, empapadas de darwinismo. La teoría darwiniana de la evolución es uno de los grandes productos intelectuales del siglo XIX que llega hasta el presente y, sin dudas, es la columna fundacional del desarrollo de la biología moderna. Desde que fuera gestada, la teoría de la evolución transmutó incorporando nuevas visiones del propio proceso del cual se ocupa.
Su idea central tuvo enormes consecuencias sobre el pensamiento social y filosófico, posicionamientos diversos ante problemáticas judiciales e incluso sobre determinados sistemas educativos. Detenerse a pensar en estas posturas es clave para poner en cuestión las ideas que tenemos y transmitimos sobre esta temática en cada espacio en el que nos toca (o elegimos) interactuar. Entender la evolución debería estar en la cúspide de nuestra curiosidad porque significa reconocer nuestra propia historia.